Por Inspiracion Femenina
Tanya Habjouqa |
Qué difícil es abrir un periódico y leer noticias sobre las
posibilidades virtuosas que un gobierno puede desarrollar, o sobre aquellos
proyectos saludables que se están realizando en los países más necesitados. Es
prácticamente imposible encontrar datos sobre las personas que han despertado
felices, o sobre aquellos que aun siguen creyendo en que hay posibilidades de
mejorar.
Los medios de comunicación nos bombardean con imágenes
de violencia y con titulares de desolación. Y en un mundo condenado a la
crueldad, parece quedar cada vez menos espacio para los pequeños brotes de
bondad que surgen aquí o allá.
Sin duda, la violencia vende, y se ha convertido en la mejor
carta de presentación de los medios. Eso es algo que todos los periodistas
conocen perfectamente. Precisamente, hace poco veíamos una entrevista realizada
a Jose María Calleja, periodista que ha publicado recientemente el libro “La
Violencia como Noticia”, en el que muestra claramente cómo la violencia se ha
convertido en un espectáculo adictivo y en el elevador de la audiencia
televisiva. A través de ella, los periodistas no se limitan a contar la
realidad, sino a crearla.
Del mismo modo que los medios, el arte también se ha
contaminado de la violencia mediática de un mundo convulso, y lo que en su
tiempo fue la búsqueda de la belleza, hoy se convierte –en muchas ocasiones- en
la expresión de la desesperación humana.
Siempre ha sido más fácil ver el error que la virtud, la
falta que la bonanza; siempre ha sido más inmediato ver la botella medio vacía
que medio llena, y eso también ocurre en el campo del desarrollo femenino. Qué
fácil es contemplar la violencia, la brutalidad, lo que aun falta, lo que aún
nos queda, lo que aún no nos permiten a la mujeres, y qué difícil es fijarse en
los proyectos que funcionan bien, en los grupos de mujeres que se organizan,
que hacen cosas, que creen y que, sobre todo, tienen esperanza.
Ver el mundo con las lentes de la bondad implica creer en que
aún es posible; implica un quantum de esperanza absolutamente necesario para sanar.
Ver el mundo con las lentes de la bondad es atreverse a
apostar por lo pequeño que funciona, y quitarle crédito a lo grande que
destroza.
Ver el mundo con las lentes de la bondad es tener una actitud
regeneradora ante la vida. Porque, así como la violencia, de terror se
alimenta; la bondad, compasión genera.
Y esa creemos que es la actitud de la fotógrafa jordana Tanya Habjouqa, de quien os presentamos una reseña
que hemos encontrado en el blog de fotografía del New York Times. Esta
fotógrafa se ha decidido a mirar el mundo con las lentes de la bondad, y ha
desarrollado un proyecto fotográfico llamado OCCUPIED PLEASURES, en el que fotografía al pueblo palestino, pero no a través de
sus sufrimientos ni a través de sus desgracias, sino precisamente a través sus
placeres: una cara que no conocemos de ese pueblo.
En sus fotografías se puede contemplar el entorno de
dificultad en el que viven, pero dentro de ese entorno se puede apreciar
actitudes y actividades placenteras que también forman parte de su día a día.
Porque no se trata de pintar el mundo de color de rosa, como en las grandes
dictaduras, sino de ser capaces de ver, dentro de la realidad que se vive, las
pinceladas de virtud y de bondad que existen.
Aquí os dejamos una traducción del blog del New York Times, y el link y un video para que accedáis a ver algunas de sus imágenes.
¡Que las disfrutéis!
Palestinian Pleasures (Placeres palestinos)
By JAMES ESTRIN
New York Times, 7 Enero 2014
Desde mitad de los años 80, la
narrativa visual de los Palestinos en Cisjordania y en Gaza ha sido previsible:
fotografías de adolescentes lanzando
piedras enfrentando a los soldados israelíes, campos de refugiados, madres
velando a sus hijos asesinados en los conflictos, y largas filas en el paso de
las fronteras. Las variaciones particularmente más dramáticas de estas imagines han constituido las
primeras paginas y han sido las ganadoras de premios.
Tanya Habjouqa, una fotógrafa nacida en
Jordania, busca estrategias mas sutiles e ingeniosas para explorar la actual
experiencia palestina.
“Realmente siento que necesito
encontrar otra forma de contar una historia, no solamente que tenga un sentido
para mi, sino que tenga sentido el cómo se lo voy a contar a mis hijos también,
porque este va a ser su hogar también” –decía Habjouqa, que vive en Jerusalén
este con su marido, un abogado palestino con nacionalidad israelí, y sus dos
hijos.
Ella se ha centrado en el placer,
en vez de en el sufrimiento. Se ha centrado en el humor también, el cual ella
misma dice que los palestinos utilizan para afrontar las absurdidades del día a
día en Cisjordania controlado por Israel y en el Gaza controlado por Hamas.
Me sorprende el pueblo palestino,
no solo por sobrevivir, sino por disfrutar sus vidas ante las dificultades de
su vida cotidiana y de su situación política” –decía Habjouqa, quien ha sido
criada mayoritariamente en Texas.
No todas las personas que ella
quiere fotografiar entienden el enfoque que ella quiere dar a su imágenes.
Algunos eran incluso insistentes acerca de cómo debían de ser mostrados.
“Ocasionalmente, algunas personas se ofenden cuando les digo qué es lo que
estoy haciendo” comenta ella “ellos suelen decir: ‘Estamos sufriendo, ¿y tú
quieres hablar sobre lo buenas que son las cosas…?’ Siempre tuve que explicar
el proyecto. Especialmente en Gaza, donde se vive una situación de estrés y
paranoia.
Pero después de describirles el proyecto y
preguntar a la gente cómo manejan la situación para encontrar un escape, la
mayoría estaban dispuestos a ser fotografiados. Y los placeres abundan, a pesar
de que son, algunas veces, agridulces.
En Ramala, en Cisjordania, esta fotógrafa
a fotografiado a jóvenes privilegiados económicamente, vistiendo minifaldas,
conduciendo buenos coches, y socializando en bares. Fotografió también chicas
practicando yoga y mujeres conduciendo coches, así como hombres esculturitas.
Mientras conduce sin rumbo fijo a través
de Cisjordania, pasó por varias piscinas naturales impresionantemente bellas,
manejadas por las autoridades israelíes de parques naturales. Algunos, dice,
están dominados por los colonos israelíes, mientras que en otros judíos y
palestinos nadan unos junto a otros en una relativa armonía.
Habjouqa ha trabajado en las
series “Mujeres en Gaza” en 2009, explorando, según ella dice, el verdadero rol
de las mujeres durante la época de Hamas. En aquel momento ella no sentía que
Hamas era la fuerza mas dominante en el día a día, pero cuando ella regresó en
2013, se encontró que Hamas estaba ejerciendo un mayor control sobre el
comportamiento publico.
“Quede impresionada de que
personas que habían sido políticamente afines a Hamas, ahora se sentían
oprimidas” dice. “Gente a lo largo de la frontera, no solo mujeres, sino
hombres y jóvenes.”
Muchos habitantes de gaza pasan
tiempo en las playas que en los primeros años del proceso de paz fueron
consideradas potenciales atracciones turísticas. Hoy, estas playas son
patrulladas por la policía de Hamas, tratando de mantener a las parejas
alejadas de allí y a las mujeres vestidas modestamente. Sin embargo, Hamas ha
construido muchos parques de entretenimiento.
Debido a las restricciones
israelíes, muy pocos palestinos pueden viajar entre Gaza y Cisjordania. Muchos
jóvenes de gaza sueñan con probar una pizca del sabor de la vida cosmopolita de
Ramala. Los cisjordanos quieren sabr lso detalles de la vida en Gaza. Desde que
Israel se retiro de Gaza en 2005, pocos signos de su presencia permanecen, pero
los efectos de bloqueo económico son evidentes, decía Habjouqa.
“Es como una doble ocupación
existencialmente: en el interior y en el exterior”, decía. “las restricciones de movimiento y económicas
israelíes por un lado, y las restricciones internas de Hamas.”
Habjouqa es miembro fundadora de Rawiya –un colectivo de mujeres fotógrafas. Su
proyecto de “Placeres palestinos” fue en parte financiado por la Magnum
Foundation Emergency Fund.
Oros destinos populares para los
habitantes de Gaza son los zoos de la ciudad. Habjouqa ha fotografiado en
muchos de ellos, y dice que, a pesar de haber perdido a mucho animales durante
las ofensivas israelíes, estos zoos han encontrado las maneras de salir
adelante. “Los cuidadores del zoo de gaza son famosos por su creatividad cuando
se encuentran con opciones muy limitadas, así como por pintar burros como
cebras, hacer contrabando de animales a través de lo túneles, o incluso
rellenarlos cuando estos se mueren, ya que los animales son difíciles de
reemplazar.
Gracias, es bueno leer este artículo porque a veces nos quedamos solo en lo feo lo triste en las miserias humanas y nos convertimos en cómplices dándole más fuerza alimentando esa situación! Y si es verdad hay otras alternativas para mirar,
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