lunes, 11 de noviembre de 2013

Película: "La Piedra de la Paciencia"


Por: Inspiración Femenina



Queridos lectores; esta semana tenemos el gusto de recomendarles un film cinematográfico que hemos visto muy recientemente titulado: “La Piedra de la Paciencia”.
Dicho film –dirigido por un director afgano- nos relata cómo puede ser la vida de una mujer en ese país.
Pero no nos queremos quedar solamente en cómo puede ser la vida de una mujer en un país como  Afganistán, sino que queremos ir más allá; y verdaderamente aunque este film se desarrolle en un lugar donde su situación es verdaderamente crítica, perfectamente esta historia se puede extrapolar a cualquier lugar del planeta dándole así a la película un sentido mucho más universal. Y eso nos hace pensar, y hacernos algunas preguntas al respecto de lo que nos quiere trasmitir esta película.
¿Alguien sabe qué opinamos verdaderamente las mujeres? ¿Alguna vez le ha interesado a algún hombre cómo piensa y siente realmente una mujer, es decir sus gustos, sus inquietudes, sus anhelos y deseos?, ¿en definitiva como se expresa una mujer?
Pues verdaderamente creemos que el lenguaje femenino ha estado –y sigue estando- muy condicionado, es decir es un lenguaje muy condicional, como el sujeto cuando está en libertad condicional. Y claro, al estar en libertad condicional tiene que tener mucho cuidado porque le pueden quitar esa libertad; porque está en libertad condicional, y si hace cualquier tontería o cualquier cosa fuera de lugar, es decir, fuera de lo establecido… otra vez a la cárcel.

Con esto queremos decir que el lenguaje femenino está muy, muy, muy, muy condicionado, por más que nos parezca que esto no es así. Esto se debe ni más ni menos a que las féminas hablamos, decimos y comentamos lo que creemos que debemos decir para “engatusar” o “gustar”, o para que el varón no se enfade, en definitiva para tener la fiesta en paz. Las mujeres hemos tenido que elegir este camino por razones meramente de supervivencia, de adaptación, aunque no haya sido lo más adecuado, en eso estamos todos de acuerdo.
Llevamos muchos siglos de silencio porque ese miedo ancestral, ese temor, ese castigo, está muy metida en los genes, con lo cual hace que la mujer diga una cosa parecida al que quiere decir, o la dice con el tono parecido, pero no exactamente, con lo cual nunca se sabe lo que verdaderamente ha querido decir.
En general el varón cree que la mujer vive más o menos como ellos, que razona más o menos como ellos, pero eso no es así. Las mujeres razonamos por obligación porque no nos queda más remedio, pero razonar, razonar, no.
No hay que olvidar que la mujer es sentimentalmente emotiva, hormonalmente activa, y claro, tenemos un lenguaje impositivamente razonable, científico; que bueno, somos capaces de llevarlo a cabo, pero no es nuestro lenguaje. Lo que sucede es que muchas veces se cae en la trampa de pensar que nuestras respuestas son iguales a las del varón, porque como hemos tenido siglos y siglos de convivencia, puede parecer que la mujer piensa, siente, y razona igual que el varón, pero eso es rigurosamente falso.
Y esto es lo que podemos ver claramente en esta película, que un hombre no pensaría, ni actuaría –en ningún caso- de la forma que lo puede hacer una mujer. Porque el varón tiene otro talante, tiene otra función, y el hombre reaccionaría de una forma x, en cambio la mujer reaccionaría de otra forma. Eso es lo que podremos apreciar en esta situación crítica.
Claro, en estos espacios críticos es cuando la mujer saca su estilo porque no le queda más remedio, porque si sacara –en este espacio crítico- el estilo masculino sería arrasada; porque carece de recursos, nunca va a tener los mismos recursos que el masculino.
Con estos comentarios lo que tratamos es de poner en evidencia cómo están las cosas, desde nuestro punto vista –por supuesto-, que no lo tachamos ni de bueno, ni de malo, sino que es así.
De la misma manera que sí podemos deducir que un hombre sigue un criterio lógico y racional para llegar a las cosas, y eso no nos quiere decir que eso sea peor o mejor, sino que es así.

Esta película nos brinda la posibilidad de ver ese monólogo femenino, sin trabas, sin inconvenientes;  nos da la oportunidad de ver cómo una mujer en una situación crítica, difícil, puede pensar y actuar.
Un ser vivo que no pueda expresarse en la condición que le adorna, es un ser que pierde capacidades, es un ser que pierde recursos, y que deja de aportar originalidad a la especie al que pertenece.
Creemos que esto nos debería llevar a la reflexión de hacer posible que cada cual –sea cual sea su condición- se exprese y diga lo que siente.
Un detalle que no queremos pasar por alto es el ver cómo esa mujer a medida que ella se va expresando, se va sincerando, va ganando en auto estima, en convicciones de lo que es, va adquiriendo una transformación en su cuidado personal; evidentemente va entrando en otra onda, se siente que es ella y es ahí cuando se puede apreciar ese cambio.
Creemos que es una película que llega verdaderamente al corazón de todos y que no nos deja indiferentes.


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