Por: Inspiración Femenina
Queridos
lectores; esta semana tenemos el gusto de recomendarles un film cinematográfico
que hemos visto muy recientemente titulado: “La Piedra de la Paciencia”.
Dicho film
–dirigido por un director afgano- nos relata cómo puede ser la vida de una mujer
en ese país.
Pero no nos
queremos quedar solamente en cómo puede ser la vida de una mujer en un país
como Afganistán, sino que queremos ir
más allá; y verdaderamente aunque este film se desarrolle en un lugar donde su
situación es verdaderamente crítica, perfectamente esta historia se puede
extrapolar a cualquier lugar del planeta dándole así a la película un sentido
mucho más universal. Y eso nos hace pensar, y hacernos algunas preguntas al
respecto de lo que nos quiere trasmitir esta película.
¿Alguien
sabe qué opinamos verdaderamente las mujeres? ¿Alguna vez le ha interesado a
algún hombre cómo piensa y siente realmente una mujer, es decir sus gustos, sus
inquietudes, sus anhelos y deseos?, ¿en definitiva como se expresa una mujer?
Pues
verdaderamente creemos que el lenguaje femenino ha estado –y sigue estando- muy
condicionado, es decir es un lenguaje muy condicional, como el sujeto cuando
está en libertad condicional. Y claro, al estar en libertad condicional tiene que
tener mucho cuidado porque le pueden quitar esa libertad; porque está en libertad
condicional, y si hace cualquier tontería o cualquier cosa fuera de lugar, es decir,
fuera de lo establecido… otra vez a la cárcel.
Con esto
queremos decir que el lenguaje femenino está muy, muy, muy, muy condicionado, por
más que nos parezca que esto no es así. Esto se debe ni más ni menos a que las féminas
hablamos, decimos y comentamos lo que creemos que debemos decir para “engatusar”
o “gustar”, o para que el varón no se enfade, en definitiva para tener la
fiesta en paz. Las mujeres hemos tenido que elegir este camino por razones meramente
de supervivencia, de adaptación, aunque no haya sido lo más adecuado, en eso
estamos todos de acuerdo.
Llevamos muchos
siglos de silencio porque ese miedo ancestral, ese temor, ese castigo, está muy
metida en los genes, con lo cual hace que la mujer diga una cosa parecida al
que quiere decir, o la dice con el tono parecido, pero no exactamente, con lo
cual nunca se sabe lo que verdaderamente ha querido decir.
En general el
varón cree que la mujer vive más o menos como ellos, que razona más o menos
como ellos, pero eso no es así. Las mujeres razonamos por obligación porque no
nos queda más remedio, pero razonar, razonar, no.
No hay que
olvidar que la mujer es sentimentalmente emotiva, hormonalmente activa, y
claro, tenemos un lenguaje impositivamente razonable, científico; que bueno,
somos capaces de llevarlo a cabo, pero no es nuestro lenguaje. Lo que sucede es
que muchas veces se cae en la trampa de pensar que nuestras respuestas son
iguales a las del varón, porque como hemos tenido siglos y siglos de
convivencia, puede parecer que la mujer piensa, siente, y razona igual que el
varón, pero eso es rigurosamente falso.
Y esto es lo
que podemos ver claramente en esta película, que un hombre no pensaría, ni
actuaría –en ningún caso- de la forma que lo puede hacer una mujer. Porque el
varón tiene otro talante, tiene otra función, y el hombre reaccionaría de una
forma x, en cambio la mujer reaccionaría de otra forma. Eso es lo que podremos
apreciar en esta situación crítica.
Claro, en
estos espacios críticos es cuando la mujer saca su estilo porque no le queda más
remedio, porque si sacara –en este espacio crítico- el estilo masculino sería
arrasada; porque carece de recursos, nunca va a tener los mismos recursos que
el masculino.
Con estos
comentarios lo que tratamos es de poner en evidencia cómo están las cosas,
desde nuestro punto vista –por supuesto-, que no lo tachamos ni de bueno, ni de
malo, sino que es así.
De la misma
manera que sí podemos deducir que un hombre sigue un criterio lógico y racional
para llegar a las cosas, y eso no nos quiere decir que eso sea peor o mejor,
sino que es así.
Esta película
nos brinda la posibilidad de ver ese monólogo femenino, sin trabas, sin
inconvenientes; nos da la oportunidad de
ver cómo una mujer en una situación crítica, difícil, puede pensar y actuar.
Un ser vivo
que no pueda expresarse en la condición que le adorna, es un ser que pierde
capacidades, es un ser que pierde recursos, y que deja de aportar originalidad
a la especie al que pertenece.
Creemos que
esto nos debería llevar a la reflexión de hacer posible que cada cual –sea cual
sea su condición- se exprese y diga lo que siente.
Un detalle
que no queremos pasar por alto es el ver cómo esa mujer a medida que ella se va
expresando, se va sincerando, va ganando en auto estima, en convicciones de lo
que es, va adquiriendo una transformación en su cuidado personal; evidentemente
va entrando en otra onda, se siente que es ella y es ahí cuando se puede
apreciar ese cambio.
Creemos que
es una película que llega verdaderamente al corazón de todos y que no nos deja
indiferentes.
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