martes, 18 de noviembre de 2014

Conversaciones Internas. El masajeador de Ego

Por Laura Sierra Medina 
 
- Oye Laura, qué bien todo, ¿no?-
- A-ha…-
- Lo de las clases…, genial. Mucho más que genial. Yo diría SUBLIME…-
- Mmm-Hm…-
- …Creo que dicen que son las mejores clases en veinte kilómetros a la redonda… O en mil.-
- Jejeje-
- Y ¿te he dicho que te veo realmente guapa últimamente? Bueno, guapa es poco… ¡Estás radiante!-
- Jijijijiji-
- Por cierto, ¡tus escritos!… ¡Qué escritos! ¡Qué redacción, qué originalidad!..-
- Estooo…Ssssi… bueno intento que se entienda un poco lo que…-
- …¿Y qué me dices de lo tuyo con los hombres? Madre mía. Están todos por tus hues…
- [¿Cómorl?]
… porque no me digas que no te has dado cuenta de cómo caen rendidos a tus pies, lo que pasa que no te lo dicen porq…-
- UN MOMENTO, UN MOMENTO… ¿QUIÉN ANDA AHÍ?-
- […]-
- ¡Que quién anda ahí, he dicho! ¡Quítame esta venda de los ojos, no seas cobarde, quiero verte!-
- Desde luego es que eres una corta-rollos. Anda, trae acá. Ah, y de venda nada: un antifaz de lo más sofisticado-
- No, si ya decía yo que aquí había gato encerrado… y la encerrada soy yo… pero en tu gabinete, Masajeador de Ego. ¿Te parece bien toda esta parafernalia?-
- Hombre, pues muy mal no me parece: tu poquita camilla, tu incienso Nag Champa negro… tu musiquita de relajación… ¿Prefieres que te lleve a picar piedra? ¡Desagradecida!-
- A ver… perdona la brusquedad. Tienes razón, pero es que esto no es muy sano.-
- Insisto en lo de la cantera, guapa. O mejor, que vuelva Juez Interior con el brío de antaño.-
- Mira, ni una cosa ni la otra: Juez y tú sois… (a ver cómo lo digo sin ofender)… esto… sois extremos indeseables de una misma cosa… Hala, ya lo he dicho.-
- ¿Me estás comparando con Juez Interior? ¡¿Pero cómo te atreves?!-
- Sí y no. Desde luego que te prefiero a ti antes que a Juez, conste. Y por supuesto que cuando apareces coincide con momentos especialmente dulces pero, mira Masajeador, si os estoy comparando es porque tanto Juez como tú me provocáis una visión engañosa de la realidad.-
- ¿Y qué quieres entonces? ¿Empaparte de aburrida neutralidad? ¿Ser imperturbable? ¿Subir a los cielos mientras el coro de arcángeles (arcángeles, ¿eh?) pone la banda sonora a tu ascensión?-
- Es que no puedes parar de exagerar, ¿eh? Te digo que tus masajes me encantan pero en su justa medida porque… chico, ¡es que cuando te creces la que luego se lleva el guantazo soy yo!-
- ¿Y es esa razón suficiente para querer escapar de las emociones?-
- ¿Escapar de las emociones? ¡¿Quién está hablando de escapar de las emociones?! Estás confundiendo el vivir las emociones con regodearme en ellas, confundirme y montarme películas, que es lo que tú me haces. Y vale que tus películas son más agradables que la de Juez pero no dejan de ser comedias románticas y luego… la realidad no es así. A eso me refiero.-
- Pues tú dirás lo que quieras, pero a eso yo lo llamo sosería y postureo.-
- Llámalo como te de la gana pero ya te aviso que me puedes dar masajes sí, pero no me calientes la oreja.-
- Muy bien, muy bien… Así lo haremos, que para eso es tu cuerpo, tu ego y tu vida pero antes de irme me vas a admitir una cosita…-
- El qué…-
- Que en el fondo… En el fondo-fondo… Muuuuuuy en el fondo… Crees que lo que te digo es cierto.-
- Eres lo peor, que lo sepas.-

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